Rastreando las estrellas
por Víctor Rodilla
En el post de hoy os quiero hablar acerca del uso de los trípodes Vanguard aplicado al uso (exigente) de un star tracker o rastreador de estrellas.
Lo primero que nos viene a la cabeza en cuanto oímos hablar de un tracker es el peso. Es por eso que es fundamental disponer de un trípode que soporte nuestro tracker ofreciéndonos solidez y estabilidad. Y a ser posible ligereza para no tener que transportar con mucho peso extra.
Es cierto que a día de hoy disponemos de trackers bastante ligeros y portables, pero ese factor no quita que el soporte en donde va a ir apoyado debe seguir siendo, como yo lo denomino: SEL (a partir de ahora): sólido, estable y ligero.
La función del tracker es contrarrestar la rotación de la tierra de forma inversa a su movimiento. De forma que, una vez apuntamos a las estrellas, nebulosas, Vía Láctea, etc., el movimiento inverso que obtenemos a la rotación de la tierra nos permitirá obtener las estrellas como puntos durante el tiempo que queramos sin que nos quede rastro.
Lo que vamos a conseguir con una exposición más larga son básicamente dos ventajas fundamentales.
- Más luz, nitidez y detalle en objetos lejanos.
- Reducir el ruido al poder usar isos muchos más bajos y tiempos más largos de fotografía.
Cuando realizamos una sola foto, como ya sabemos, no podemos hacer una larga exposición de más de unos ciertos segundos dependiendo de nuestra distancia focal, pudiendo llegar en objetivos muy angulares a un tiempo máximo de exposición de no más de 30 segundos, por lo que muchas veces no conseguimos todo el detalle que desearíamos de la vía láctea e incluso tendremos que llevar la cámara a isos altos para conseguir más luz y como consecuencia, dependiendo de nuestra cámara, de un aumento considerable de ruido.
Este problema desaparece en cuanto hacemos uso de un tracker. Incluso cuanto mejor y preciso sea este, más tiempo de exposición podremos realizar y por lo tanto, trabajar con isos bajísimos.
Normalmente vamos a usar tracker en focales que ya salen del “standard” gran angular. A partir de 35mm es una distancia aconsejable para empezar a usarlo. Podemos llegar hasta focales muy largas sin problemas.
Veamos un ejemplo:
Queremos disparar a 35mm y sacar la vía láctea. Según nuestra distancia focal, tendríamos menos de 14 segundos para poder realizar la foto. En este caso, 14 segundos es poco tiempo para poder captar una buena vía láctea con todo lujo de detalle. Para eso deberíamos subir iso relativamente alto (unos 6400 o más) dependiendo también de la luminosidad de nuestra lente.
Imaginemos que hacemos uso de un tracker:
Disparamos a 35mm también, pero en este caso, el tracker que uso yo: skywatcher star adventurer, he podido realizar fotos de 5 minutos a iso 400.
Y no solo eso, he realizado varias tomas de 5 minutos llegando a sumar 30 minutos de foto o incluso en ocasiones mucho más tiempo.
¿Qué he conseguido?
- Muchísima luminosidad
- Muchísimo detalle.
- Incluso la propia foto no necesitó de edición porque tenía mucho color
- Reducción de ruido
- Nitidez impresionante.
Ahora bien, para que este tipo de fotos salgan perfectas necesitamos que el soporte en el que está sea SEL.
Tengamos en cuenta que a 35mm o más, cualquier ligera vibración produciría una trepidación que arruinaría nuestra foto. Y si a eso le sumamos que podemos estar haciendo muchas fotos de mucho tiempo, podríamos arruinar una noche de fotos además de haber perdido mucho tiempo e incluso toda la sesión.
Es por eso que el trípode sobre el que colocaremos el tracker, sin duda alguna, es nuestra primera pieza clave para obtener unos resultados excelentes.
Llevo años con diferentes equipos, con trípodes de todas las marcas y modelos. Sé de lo que hablo. He tenido ocasión de probarlos en diferentes situaciones y condiciones y aunque cada uno me ha dado cosas buenas y malas, puedo llegar a la conclusión de que, a día de hoy, el único trípode que ha cubierto todas mis expectativas es el que tengo actualmente: Vanguard Veo 3+ 263AB.
Teniendo en cuenta que no es el modelo top de la gama de trípodes Vanguard, cosa que nuestro bolsillo lo agradecerá si no disponemos de un presupuesto suficiente, esto no es una merma en lo más mínimo a la hora de esperar las máximas prestaciones necesarias requeridas para este tipo de fotografía.
Pero no solo el trípode es parte fundamental para un buen uso del tracker. Necesitamos, además, y no menos importante, una rótula resistente y que soporte suficiente peso. Hemos de tener en cuenta que podemos usar teleobjetivos muy potentes y pesados. Por lo tanto, se nos hará necesaria una rótula que nos ofrezca todas estas demandas tan exigentes. En este caso, mi trípode Veo 3+ viene con la rótula Veo BH-160 capaz de soportar hasta 15kg. Una rótula ligera, robusta, zapata arca swiss, nivel de burbuja, ajuste rápido, rueda ergonómica, tecnología cnc... en definitiva, encontramos todo lo necesario para poder trabajar de forma tranquila sobre nuestro tracker y con la certeza de que nuestro equipo está perfectamente ajustado y seguro.
Es por eso que recomiendo tras mi experiencia en fotografía con tracker el trípode Vanguard Veo 3+ 263AB.
En definitiva:
- Cumple con mis expectativas SEL, trae una rótula imprescindible que forma una combinación perfecta con el trípode.
- Tiene un sistema de rosca grueso y rápida de aflojar y apretar las patas
- Su rótula soporta 15 kg.
- Dos patas con cubierta de goma que facilitan el agarre además de puntas de goma para buena sujeción en tierra teniendo también t la opción de puntas metálicas.
- Su construcción en aleación de aluminio minimiza al máximo las vibraciones.
Víctor Rodilla es fotógrafo de paisaje especializado en fotografía nocturna y Vanguard Pro. Leer más artículos del Blog Vanguard.